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Es tentador ignorar esta señal de recesión, pero no lo hagáis

La temida inversión de la curva de rendimientos: es como la versión del mundo financiero de un gato negro que se cruza en tu camino, una señal de que se avecina una recesión. Pero, si bien es un aviso muy fiable de que la recesión está a la vuelta de la esquina, se muestra tímido en cuanto al momento exacto en que podría producirse.

La razón principal es que las agresivas subidas de los tipos de interés que conducen a una inversión de la curva tienden a actuar con retardos largos y variables en la economía. Y aunque tienden a desarrollarse en una secuencia que Michael Kantrowitz, de Piper Sandler, ha bautizado como “HOPE” (que afecta primero a la vivienda, luego a los pedidos, los beneficios y, por último, al empleo), el tiempo exacto que se tarda en pasar de una letra de este desafortunado acrónimo a la siguiente varía. Y con toda la singularidad que aportan las perturbaciones y los estímulos de la era Covid, predecir cómo se desarrollará el calendario esta vez es aún más complicado.

Lo que sí sabemos, sin embargo, es que el dominó del empleo tiende a ser el último en caer. Normalmente, cae después de que las empresas hayan empezado a recortar gastos de forma significativa, los consumidores se hayan apretado el cinturón y los precios de la vivienda hayan bajado. Y, por lo general, los mercados tienden a caer justo antes de que lo haga el sector del empleo, lo que subraya la importancia de anticiparse a un aumento del desempleo.

Hay razones para creer que esto puede estar a punto de suceder. Como podemos ver en este gráfico, el desempleo suele comenzar su ascenso entre diez y quince meses después de la inversión de la curva. A continuación suele producirse un repunte más pronunciado, generalmente entre unos meses y un año después, coincidiendo con el inicio de una recesión. Y, claro, puede que esta vez sea diferente. Pero dado que llevamos 11 meses de inversión y que otros indicadores (como el aumento de la pendiente de la curva) están en rojo, merece la pena prestar atención ahora.

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